domingo, 12 de diciembre de 2010

Psicodrama, otra cara del Arte Terapia


Dentro de lo que se conoce como Arte Terapia, se encuentra una disciplina que es fundamental para la realización de procesos catárticos. El Psicodrama, disciplina que permite la expresión de una emocionalidad relacionada al contexto en el que ocurre y realizar intentos casi in situ para remediar efectos nocivos a la emocionalidad de quien las experimenta.
Todo lo que es importante a lo largo de muestra vida, lo aprendemos a partir de la observación, del ensayo de respuestas generadas por la elaboración interna que realizamos acerca de la experiencia, de lo que hemos vivido. Los roles de género no son una excepción y lo diferenciamos del rol ligado al sexo, estando el primero relacionado con las categorías sociales y las expectativas de conducta del colectivo respecto a las funciones y definición que hace de hombres y mujeres, y el segundo con necesidades de relación y encuentro con el otro.
Se ha demostrado que el trabajo en el ámbito del clima y las interrelaciones educativas, son iniciativas que han tenido mayor impacto en el desempeño de los estudiantes; lo cual reafirma que las intervenciones se sitúen en éstos ámbitos. Estos resultados, nos llevan a pensar que la educación necesita de un proceso de autoconocimiento guiado, de una reeducación emocional, que implique cambios de conducta que involucren y responsabilicen a toda la comunidad educativa, llámense profesores, padres, docentes y estudiantes. Esta nueva forma de hacer y aprehender la educación nos permitirá generar verdaderos procesos de transformación educativa y emocional.
El trabajo psicodramático persigue la implicación de todos los asistentes: todos ellos, por su participación activa e inmediata o mediatizada en la observación de quienes escenifican, van a obtener, en condiciones idóneas, un beneficio terapéutico. El efecto terapéutico pasa por el propio trabajo personal y por la identificación con el protagonista que trabaja. Una identificación meramente imaginaria, relativa a los rasgos y gestos de los personajes y a la configuración formal de la escena, deja la escenificación en el nivel superficial de la exhibición-observación: no hay implicación personal en el trabajo escénico.
Debido a esto, es posible considerar coherente utilizar la técnica psicodramática inserta en dicho programa y contexto, debido a que incluye intrínsecamente el contexto sociocultural de los sujetos; el tiempo y espacio en el “aquí y ahora”; permite recrear una escena en consideración con las vivencias, relaciones, historias y situaciones que se despliegan al interior de un grupo de niños (as). Al considerar la espontaneidad y la creatividad como fundamentos de la teoría, J. L. Moreno (creador del psicodrama) impulsa la capacidad de expresar y actualizar un conjunto de fuerzas, necesidades y tendencias propias de los sujetos con adecuación social, marcando una diferencia con la expresión y actuación impulsiva o violenta en sí.
Para Moreno, ser espontáneo es expresar el sí mismo de manera adecuada al contexto y el entorno social en el cual el sujeto se desenvuelve.
Todos los seres humanos estamos equipados de espontaneidad y sabemos como enfrentar una situación por primera vez. La salud mental es saber qué hacer en estas situaciones de manera adecuada, debido a que no se somete la espontaneidad y creatividad a lo socialmente estipulado (conserva cultural) sino a la expresión auténtica de las necesidades y deseos (consientes e inconscientes) de los sujetos. La adecuación tiene directa relación con el actuar desde adentro (sentir-se). La memoria corporal que se activa con el trabajo psicodramático, permite actualizar la acción con los movimientos, los patrones presociales, las ideas, emociones y las fantasías preverbales.
La acción frente a la palabra permite desbloquear las cadenas de significados reprimidos y así evitar las sensaciones de dolor. El lenguaje gramatical y el no verbal, permiten internarnos en el mundo psíquico de los sujetos considerándolos por tanto como sujetos históricos.
Debido a que en psicodrama, el análisis en el nivel social favorece el análisis del nivel intrapsíquico, podemos reflexionar acerca de la estigmatización y la conceptualización en conjunto con los sujetos que construyen estas realidades y por tanto, problematizar con esta reflexión los conceptos de descontrol, inadecuación y rigidez frente a las nuevas situaciones y relaciones a las que los niños (as) se ven enfrentados; sean estas escolares, familiares o personales.

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