La expresión, el juego y el arte, pueden ser fundamentales para cimentar la capacidad de recuperación y adaptación a la vida de los niños que han sufrido eventos perjudiciales en su vida.
Las personas que tienen esa capacidad pueden dar sentido a los acontecimientos difíciles y traumáticos que han vivido. Ayudar a los niños a comprender y a expresar sus propias experiencias traumáticas es un principio operativo fundamental de los programas destinados a los niños que viven en circunstancias especialmente difíciles.
Desde el punto de vista educativo y terapéutico, hay evidencia suficiente para justificar este tipo de intervenciones. La incorporación de estas actividades recreativas y educativas depara una serie de experiencias que ofrecen la oportunidad para que todas las personas mejoren su comprensión del mundo y la comunicación de sus nuevos conocimientos. No todas las personas son artistas, pero algunos sí lo son; no todas las personas encuentran el mismo placer en la poesía o en los cuentos; y no todas las personas pueden representar una idea en movimiento o un sonido como hacen. Se trata más bien de garantizar que la gama de experiencias sea suficientemente amplia para que se pueda escuchar la voz de cada persona y que esas experiencias emanen de hechos que todos estos han compartido en común.
A partir de esta convicción surge la idea de desarrollar un Programa de Expresión Artística para el Fomento de Factores Resilientes, dirigido a personas, en este caso niñas y adolescentes, que viven en situación de vulnerabilidad psicosocial.
El Programa busca fomentar resiliencia, capacidad potencial de enfrentar y sobreponerse a condiciones de vida adversas, mediante el desarrollo de la autoestima, creatividad y habilidades de cada persona. Promover factores resilientes constituye una alternativa esperanzadora sobre el futuro de los menores, quienes están enfrentados a riesgos y situaciones que amenazan su desarrollo saludable e integral.
El Programa es una intervención promocional que busca que las personas descubran sus capacidades, se desarrollen de manera saludable y fortalezcan recursos tanto personales como ambientales. De esta forma, tendrán más herramientas para mejorar su calidad de vida, acercándolos además al ámbito artístico cultural del que se encuentran excluidos.
